
Prefiero ver mi castillo desde arriba, lejano, pequeño engañándome la inmunda, de los que saben que es solo un espejismo.
Locos, locos eso fuimos tu y yo mientras jugamos a divertirnos, a amarnos sin pensar que todo empieza y termina, que nada dura para siempre, que las princesas, engordan y les huele la boca y los príncipes se despojan de su ternura y educación para convertirse en machos oriundos de un reino latino.
A mi nadie me lo dijo, yo pensé que nuestro cuento seria diferente.
Poquito a poco te fuiste metiendo en mi cerebro, mis neuronas solo conocían tu nombre y cada vez con mas frecuencia mandaban impulsos obsesivos que solo se tranquilizaban si te tocaba, si te besaba, si te olía, la calma total me llegaba saciándome de ti, me obligaba a tener los ojos bien abiertos en el momento que tu cuerpo temblaba, se arqueaba, solo, para que en las noches esta imagen fuera mi credo.
_ estoy embarazada_ te dije
Tus ojos de perro, no, porque te empeñas en mirarme así cada vez que necesito que tu seas mi príncipe.
Decido quedarme con el corazón azul que haz dejado dentro y ahora esta creciendo, le pido al cielo que no tenga tus ojos, no podría vivir en dos reinos.
Para mis padres ya no soy su princesa me he convertido en todo lo que no querían de mi, ni para mi, ahora soy la mala del cuento.
Espero, y los vientos difíciles no ceden, llueve no deja de llover, no me muevo, si lo hago me hundo en el pantano, que siempre vi desde lejos.
Poquito a poco te me fuiste saliendo, yo trataba de encadenarte a mi alma. Me tapaba los ojos, para que tu imagen siempre fuera la misma, la amada, la querida. Me tapaba los oídos para que solo resonara el eco de esa voz que tan bien, me acariciaba, dejaba de respirar solo para retener el pedazo de vida que me daba tu aliento, sellaba mi boca para que no se me escaparan palabras de amor y así estar siempre llena de ti.
Pero tu te ibas diluyendo, y el corazón que llevo dentro iba creciendo el es el culpable del odio y del amor que siento.
Los lunes quería que dejara de latir, los martes las nauseas no me dejaban
pensar, los miércoles lo quería abrazar, los jueves no quería engordar, los viernes me daba miedo, sábado y domingo quería olvidarme de este cuento.
Esta sustancia roja, que apenas sale de mi cuerpo se va tornando azul, me abandona, dejándome cada vez mas vacía en cada respiro. Parpadeo y te veo junto a mi, estrechas una mano que apenas siento mía.
Busco tus ojos, no los encuentro, lloras ocultando tu rostro, lloras en silencio, busco tus ojos, tus ojos de perro, por fin me veo en ellos y de golpe se me viene el mundo, le robo unos minutos solo para darme cuenta que alguien se me adelanto en el camino y tomó la decisión por mi. No quiero ser princesa, solo quiero que me quieran.
Un llanto agudo me distrae, cada vez es mas lejano, mas tenue, mas suave.
Me quedo muy contenta por saber que liberaste tus habilidades, tu talento, tus sentimientos y pensamientos de manera tan hermosa! Felicidades! De verdad!
ResponderEliminarCD