jueves, 11 de agosto de 2011

El aspirante


Empece robando tu libro quería leer lo que tu leías, quería saber que se sentía agarrar en mis manos tus fantasías, volar con la misma alfombra de la imaginación con la que tu te trasladas de un lugar a otro, quería enamorarme de los mismos personajes, con los que tu suspiras, quería depositar y compartir el mismo odio, y que con una sola mano juntos empuñaremos el arma contra  el ser vil que no quiere renunciar a la princesa.
Por unos días mientras poseí tu libro éramos dos pensando lo mismo, podía sentirte, sabia que temblábamos al unísono, porque aunque  vivimos realidades diferentes,  compartimos la misma PASION que nos devora, que nos carcome la piel y nos deja libres para ser quien quisiéramos ser, para crearnos vidas para ocultarnos o liberarnos.
Después lo que leía ya no era suficiente necesitaba mas de ti, estar mas cerca poseerte completo, entero.
Que podía ser mas intimo, en quien depositabas tus secretos, tu laptop, solo ella tiene tu olor y todas tus letras que juntas forman tu nombre.
No fue tarea fácil hacerme de tan preciado tesoro. Una vez en mis manos abrí la caja de Pandora, desate tus demonios junto con los míos. te odie, te aborrecí una y mil veces desee tu vida y tu muerte, tu mente, tus fantasías, tus historias, tus ojos ( que son dos lupas), tus oídos (que conocen los silencio), tu nariz (que aspira vida), tu boca (que se alimenta y se atraganta de palabras), tu piel ( tapiz de experiencia) todos tus sentidos, todo lo que tu eres y yo no he podido, todo lo que haz escrito. Porque me carcome la envidia porque ese ser que eres yo hubiera querido haber sido, porque mientras tu escribes creas mundos, abres y juntas abismos yo me quedo en el intento y no soy mas que un escritor, condenado a morir antes de haber nacido. Una mueca absurda, el revés de tu moneda. Yo soy el anhelo el quisiera. En cambio tu eres letra impresa por eso opte por regresarte  tu computadora busque la manera de hacertela llegar sin que supieras que todos tus secretos fueron profanados, ultrajados y que, gracias a ellos comprendí que no me queda mas que estar a tu lado que darme permiso, que aceptar  para lo que cada quien ha nacido. Tu el escritor, el Dios, el creador de mundos, Yo el lector, el vasallo que vive la vida que le has inventado.

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