domingo, 7 de agosto de 2011

Lunas de colores

Tuve que seder ante tu  insistencia de cambiarte de escuela, habías terminado la secundaria, y en cierto modo comprendía que ya estabas cansado de el mismo colegio, las mismas maestras, los mismos amigos que desde hace nueve años formaban parte de tu vida. Entendía  tus razones y sin embargo no estaba totalmente convencida, francamente a mi me venia muy bien que siguieras estudiando en el lugar en el que estabas, tenia muchas amistades, amigas con las que hacia ronda, para recogerte y dejarte en la escuela, muchos de tus mejores  amigos eran hijos de mis amigas y lo mas importante es que todo el mundo te conocía y te quería, como no, si te habían visto entrar a la escuela de mi mano y ahora te estaba cambiando la voz. Esto,  para mi era muy importante pues me daba la tranquilidad de que te estaba educando de manera extensiva.
_ quiero conocer a tus nuevos amigos?_  te comento, de una manera menos que insistente
_ Mama, tengo prisa no ves que me están esperando_  te bajas del auto enviandome un beso con destino dudoso, pues ya te habías teletransportado hacia un grupo de muchachos que te esperaban en la esquina.
De regreso a casa mi cuerpo conducía el auto y mi mente se paseaba por  calles llenas de  pensamientos cuyo único traseunte eras tu, decidí encararte y soltar de una vez por todas aquello que llevaba días queriendote decir.
_Se que no eres feliz, algo te pasa, y por mas que intento achicar esa distancia que nos separa, no lo consigo, cada vez se hace mas grande ese espacio que nos aleja, para convertirnos en dos extraños.
Soy tu madre y te amo no solo por el derecho que me da la vida, si no por la misma vida que yo decidí darte, y porque  nunca desde el momento que te concebí he pensado abandonarte, aunque ahora tu te empeñes en recordarme que es tiempo de vivir para mi y dejarte a ti hacer lo mismo. Cierro lo ojos traslapo el tiempo y te veo como el niño pequeño que eras, siempre junto a mi,Te conocía por completo, tu comida favorita, tus juegos, tus alegrías, tus enojos, ahora eres casi un hombre, un adolescente que lucha por su identidad,  lucha que me noquea, cuando veo tus actitudes, tus autismos, tus bipolaridades, el misterio que recientemente rodea tu vida. Y no alcanzo a comprender en que momento dejaste de ser predecible para mi, me atormenta la culpa de no haber arado bien en tu tierra, de no haber dejado buena semilla, finalmente lo único que quiero es que seas y vivas feliz_.
Deseé intensamente que me contestaras, pero ya había llegado a casa, enfrentandome con la pared  de mi monologo.
Eran las 10:00 de la noche y todavía no recibía tu llamada avisandome que te recogiera  en el mismo lugar donde apenas unas horas antes te había dejado. Ya lo había decidido, seria la ultima vez que te llevaría a cualquier parte que no fuera una casa, necesitaba ser mas estricta, menos consecuente, a lo mejor dé está forma por fin me presentarías a tus amigos.
LLevaba 15 minutos  estacionada en la esquina donde te esperaba. Por el retrovisor alcancé a ver al grupo de muchachos y muchachas que se acercaban en zigzag, abrazados, riendo, tarareando una cación. Te desprendiste del grupo, y vi como en recorrido siempre zigzaguiante, te acercasté al auto para abrir la puerta dejandote  caer en el asiento, murmurando un hola desinflado, apático. No quise borbandearte con preguntas, era momento de guardar silencio, tenia que ser paciente y dejar que tú iniciaras la conversación. Con el rabillo del ojo alcancé a ver que sonreías, sonrisa que fue creciendo hasta desbordarse por tus ojos.
 Hubiera dado cualquier cosa para que ellos  me hablaran, en cambio tú parecía que estabas en otro mundo, hablando contigo mismo.
_Mamá hoy la punta de mis dedos rozaron la luna y me llene de sus colores, fue solo tocarnos para recordar lo que ya sabíamos antes de nacer, un viaje a los laberintos de sus cráteres, un te deseo dicho con la piel.
 _ Paco ya llegamos a la casa _ te digo mientras te ayudo a bajar del auto, trato de agudizar mi olfato, a la vez, que mi voz interior le pide a dios que solo  huela a ti. Respiro  la colonia que acostumbras usar, es lo único que filtra mi nariz.
Te sostienes en mi mientras saco las llaves de mi bolsa y abro la puerta, una vez en casa subimos abrazados la escalera,  por un momento me siento feliz, vuelves a ser mi niño protegido por mi abrazo.
Abro la puerta de tu cuarto y nos recibe un mundo bizarro  que no deja de parecerse a ti, tu cama deshecha invadida de ropa que no conforme busca el piso para ganar mas espacio, el escritorio enfrente de tu cama corre la misma suerte en la abundancia, una docena de libros pelean por cohabitar con cuadernos, plumas, la computadora reina del espacio emana luz de su enorme ojo cristalino,  siempre despierto, haciéndole la competencia al IPod brújula de tu identidad que descansa relajadamente al lado de su amiga cibernética.
Voy abriendome camino entre tenis y mas tenis  que nos hacen tropezar, logramos llegar a la cama, te dejas caer en ella sin importarte los restos de tela que la habitan.
Me siento a tu lado te acaricio el pelo, por un momento siento que tu rostro feliz me lo dice todo, caes en un sueño apenas profundo, tu cuerpo de repente se agita para volver a la placidez. Deduzco que necesitas estar mas comodo, comienzo por quitarte la chamarra, los tenis y finalmente los calcetines y es ahí cuando me derrumbo por completo al ver las uñas de tus pies pintadas de colores, me dejo caer en un abismo que me jala hacia una verdad a la que no me quiero agarrar por que no se si la pueda soportar, y tu, tu solo sonríes. 

2 comentarios:

  1. Me preguntaba si la luna puede transformar las personas, si las personas si transforman por tocarlas. Si los amantes de la luna son más sensibles y si los que les gustan las uñas pintadas ya tocaron la luna. Realmente muy hermoso!CD

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