miércoles, 14 de diciembre de 2011
Paroxismo
Y llega la noche con sus tintes de sombras y tinieblas, con aroma a muertos y zombies, que es la fetidez que solo lo tenebroso esconde...
Me siento muerta enterrada en esta cama que es mi tumba, dentro de una fosa, que a la luz del sol llamo cuarto, rodeada de todo lo que de día fue mío, porque ahora que la noche todo posee, ya nada me pertenece, ni la voluntad que no se ha ido, solo para acompañarme y no dejarme aquí con tanta soledad. Dos periscopios son mis ojos que sobresalen de esta sabana que bien me oculta de lo que hay afuera. Un ojo puesto en la puerta que da entrada y salida al cuarto y el otro en la puerta del ropero, pendientes, alertas a cualquier indicio de que se abran estos dos portales, que son los que guardan al demonio que gobierna las tinieblas y devora mis sueños antes de que estos nazcan. Y cierro los ojos y los aprieto y los obligo a gritar; que no salga, que se vaya, no lo quiero aquí!!, no quiero saber que quiere de mi!!, "ángel de mi guarda dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, nunca por las noches, que me moriría".
Señorita cometa soy, y con mi varita mágica se hace la luz y este cuarto vuelve a ser mío, y recupero el poder para abrir y cerrar puertas, y burlarme de mi cobardía que se amedrenta con la luz del sol, y me prometo ahora si ser valiente. Abro los ojos y se me llenan de la silueta enorme y perversa de Chivigon, que atrapada en la pared se ha vuelto en mi contra, y se ríe de mi solo para decirme, que el mundo y su oscuridad me siguen pisando. Y volteo y veo a mi hermana que respira con la placidez del inocente, que no esta consciente del peligro que fuera de su sueño la amenaza, solo a unos metros de la mía, su cama, me parece tan lejana, la llamo con los periscopios y le suplico que sea solidaria que se despierte, que me platique, que no sea mala.
"Mamá, oye a tu hija que esta en peligro, ven para que encuentre tus brazos y pueda dormir sin temor, porque es en la noche cuando aparece la gente mala". Pero mi boca no habla, es mi alma que esta encadenada a esta cama. Y como siempre que el sol oculta su cara, la casa se duerme y mi pena es la única que pena, el demonio sólo a mi me quiere para atormentarme toda la noche con esta vigilia, que debilita mi conciencia y me tiene al borde de ser tragada por su boca negra.
Querido Diario:
Hoy mamá me leyó el resultado de mi electroencefalograma, no existe ningún fenómeno paroxístico de disfunción cerebral. Me abraza, me besa y quedo me dice al oído: "prometeme que hoy dormirás como angelito". La sombra de mi tío Alberto que en ese momento pasa, me guiña un ojo, y con la punta de un dedo rozando sus labios, me pide que guarde nuestro negro secreto.
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fuerte Paz, Fuerte
ResponderEliminarmich
traté de comentar aquí el otro día y no pude...
ResponderEliminarLos periscopios se me antojaron para robármelos, ¿puedo?
besos