Esto no me puede estar pasando, veo a esta mujer que esta sentada enfrente de mi, y no para de hablar, si me vuelve a mencionar una vez mas a su hija, a la que no se ha cansado de poner como ejemplo para mis problemas, soy capaz de pararme y dejarla hablando sola. No se exactamente cuanto tiempo llevo aquí en contra de mi voluntad, no se supone que el centro de esta conversación debería de ser yo?, no se supone que es a mi a quien ella debería de estar escuchando?, teóricamente yo le estoy pagando, para que haga lo que supuestamente mejor sabe hacer, que es cerrar la boca y abrir los oídos. Nunca había conocido a un psicólogo, sólo en las películas y hasta este momento, me caían bien, a partir de ahora los detesto , y por mas que trato de concentrarme en lo que me dice, hace horas, interminables horas que mi mente divaga, que el runrún de su voz esta logrando convencer a mi cuerpo rebelde que se manifieste que rompa todo a su paso, que transgreda esta supuesta paz que no me llega. Justo en el preciso momento que decido pararme de este mullido sillón, una palabra suya, me regresa a esta la tierra de su consultorio. Pestañeo y la quedo viendo como el bicho raro que es, "¿Me has entendido Claudia?," ¿me pregunto que diablos debo de entender?, solo atino a mover la cabeza en señal de afirmación, y le ruego a Dios que mi piadoso engaño, la conmueva y su voz de miel de abeja me deje de empalagar."¿Claudia, cómo vez la tristeza, dime que es para ti, este sentimiento?".
Me arrepiento como de mis pecados de haber caído en su trampa, ahora la miel pegajosa de sus palabras me tiene atrapada y me obliga a pensar en caramelos.
Muevo las piernas, busco una respuesta. " Es un corazón cuyos latidos no tienen sentido, es un corazón rayado por la insatisfacción."
" Muy bien, ahora cierra los ojos y piensa en ese corazón, concentrate en el y respira y exhala, cada vez que respires, estas llenando tu corazón de amor y cada vez que exhales, estas borrando la tristeza que rayaste en el."
Dios, solo pienso en Oscar mi ex novio que me espera afuera y que va a tener que pagar $600.00 por estas estupideces, decido inhalar paciencia y exhalar cuchillos, lastima que con mi mala puntería ninguno se le clava a la Dra. Corazón, todos salen volando para perderse en la profundidad del cuarto, y para mi mala suerte solo uno regresa y viene a clavarse justo aquí en el centro de mi pecho, para atizar este dolor que por unos momentos se me había olvidado. Y me pierdo, y recorro cada uno de los males que desde hace algunos meses no me dejan vivir y pienso en el tumulto de emociones que tengo atravesadas en la garganta, en lo difícil que se vuelve pasar la saliva. por que ya ningún sabor me sabe rico, por que la vida para mi se ha vuelto agria, todo lo que antes me inspiraba ahora me da flojera, no tiene lógica. Pienso en mi corazón que a pasado a ser el simple órgano que me mantiene viva, esta vacío de todo sentimiento, ya no brinca, ya no palpita de emoción cuando Oscar me besa, (pobre me trajo con engaños sólo para que la Dra. Corazón me diga que no estoy loca) no lo quiero, como querer a alguien si yo misma me desprecio, no me gusta mi cuerpo, no soy alta, tan poco lo delgada que hay que ser para te quieran, por eso me mato de hambre, mi día es un contar imparable de calorías, me sé el valor calórico de todo, hasta de los sueños que por las noches me como, ellos también me engordan por eso los hechos para afuera en el escusado y los veo irse y les dijo adiós no sin antes gritarles que ni en sueños seré gorda. Ayer mi mamá pasó por el baño justo cuando vomitaba la ensalada en el lavabo, me tocó la puerta y me pidió hasta el cansancio que la abriera, después de media hora la abrí dejando escapar todo el aroma de mi perfume que había vaciado, Mamá es una tonta se trago enterita mi mentira del dolor de estomago hasta me abrazó y una pastilla me dio. Por eso no la quiero porque con esto veo que no le importo se conforma con tan poco, no investiga no indaga no esta atenta, no sabe que su hija se esta desgarrando en cada vomito y su garganta muda no puede pedir ayuda, y que necesita sentir su calor como cuando era niña y todo se resolvía solo con el tacto cálido de su voz, ahora no la entiendo no se en que idioma me habla, de su boca solo salen vientos fríos. Ya nada me da consuelo, los abrazos duelen, las caricias me queman, las palabras se me estrellan en la cara. Ya no hablo ni con mis amigas, lo único que les importa es perder peso, ya no tienen oídos, solo saben escuchar su propia voz. Me siento sola...
Regreso sólo por un momento y me veo reflejada en el espejo, que esta en la pared detrás del sillón que ocupa la Dra. Corazón que no ha parado de hablar y esta tan concentrada en su platica que ni cuenta se ha dado que hace mucho que me fui de aquí, (a ella lo que le interesa es que la escuchen, esta cansada de escuchar). Veo mi reflejo y no me reconozco, ¿hace cuanto que me corte el pelo? En que estaba yo pensando, porque nadie me dijo que el cabello es la fuerza de la confianza, es el poder ocultar un rostro que no esta dispuesto a manifestar la intensidad de sus sentimientos, por que estos siempre se vuelven una garantía para los demás, es el guardián que enmascara los ojos poseedores de las pasiones, que se tornan susceptibles cuando se muestran, es la cortina que oculta lo que hay detrás de las ventanas, ahora estoy expuesta, me siento débil, poca cosa, porque no se lo que ahora quiero, ni lo que después voy a querer y eso me aterra, me desconcierta, me da miedo porque no se que va a pasar conmigo, porque me siento engañada por una Claudia a la que creía poseer.
Dentro de cinco meses cumplo 15 años, y nunca he visto una quinceañera pelona a lo mejor es porque nunca se toman fotos.
Estoy a punto de ponerme a llorar cuando la Dra. Corazón truena los dedos a la altura de mis ojos, y con su voz de miel, me dice que la sesión a terminado, le doy gracias a Dios que de este tormento me haya liberado y corro a la puerta no sin antes decirle que se meta a su hija por donde mejor le quepa. Cierro la puerta, espero a que Oscar pague, me duele tanto ese dinero porque pienso que es el precio para que regrese con él. Una vez en la calle, nos abrazamos yo por calmar mi frustración y el por apaciguar su ardor.
"Entonces", "¿Entonces, que?", le contesto, ¿Que te dijo?, me dijo que amar duele, que duele reconocerse, duele crecer y saberse sola, que yo soy la única que puede ayudarme a salir del hoyo en el que me he metido, que cuide, que cure mi alma, que no estoy loca!!!.
Oscar, no para de abrazarme, me besa en los ojos, en la boca, en la garganta, y mientras, y mientras yo, con un futuro atorado en la garganta.