Hoy tu boca me fumo despacio.
Me prendió solo con el roce de tu canto
aspiraste mis temblores, contuviste la respiración
y volvi etérea, desvanecida, vapor en goce.
Me desgastaste, me inhalaste, me humedeciste
desborde mi tiempo
anidandome en tu interior
y juntos abrasamos fuego
rodamos en ceniza vacía de vida.
Poco a poco nos fuimos consumiendo
Para quedarme en el cenicero de tu memoria,
y en el sabor metálico de tu boca.
uy. exuda nicotina y pasión...me encantó
ResponderEliminarCaray, Maria. Es toda sensualidad y poesía. Es de aquellas que nos Preguntamos: ¿de donde sacó eso? Felicitaciones, muchas!
ResponderEliminarOrale!... =D me gusta!
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