martes, 5 de junio de 2012

Sólo del aire


La dama de noche te extraña.
Ha decidido llorar en lugar de oler.

Anoche, miles de pensamientos trepaban por mi cama, estaba decidiendo si enumerarlos ó salir al jardín a tachar estrellas, cuando un tenue sollozo me llevó justo a los pies de la  que antes era tu planta. No le dio pena temblar delante de mi, ni se molestó en tratar de retener las hojas que caían desahuciadas en la maceta , que tan bien se veía en tu comedor. Lloraba hipando desconsolada, hasta que se decidió hablar con esa vocecita entre noble y mandona que solo utiliza una Queen of de night.

- No veo las grandes ventanas que como ojos del viento me reflejaban una ciudad de León desconocida para mi, ni escucho la voz de la Brasileña, me cantaba bonito un triste y melancólico bossa-nova que abría el camino para llevarla de vuelta a casa. En sus ojos bailaban lagrimas vestidas de saudades por una tierra que no veía, y que extrañaba, llorábamos juntas porque las dos habíamos sido desterradas y la luna nos obligaba a buscar otro cielo que no era el mismo que nos tocaba. Yo la sentía tan apenada que hacia brotar flores para ella, flores perfumadas de recuerdos de su país y ella cerraba los ojos y se mentía pisando calles llenas de voces portuguesas, de olores de panes de azúcar, de feijoada y brigadeiros, brindabamos con caipirinha, armábamos una gran fiesta llena de samba y verde amarelo.

Pero los ojos no mienten y los espejismos se disipan con el viento de un León sediento donde el color verde se oxida de tanto esperar una lluvia que no llega. Ella regresaba a Gran jardín y yo a la maceta en la sala.

     - Te entiendo Huele de noche, porque yo también extraño a Claudiña.
Porque mis silencios encontraron su voz.
Todavía la escucho: escribe amiga, escribe.
Yo no le hacia caso pero me gustaba el sonido de esas palabras.
Me dejaban surcos en el alma.
Estos se fueron llenando de sentimientos incontrolables.
Empezaron atestar páginas.

Y juntas reconocimos nuestras historias.
Las de ella de un país lejano.
Las mías eran cuentos donde ella existía.

Vi con sus ojos.
Ella vio con los míos.

Juntas jugabamos.
Al escritor.
Al lector.
Ahora se ha ido, y mis palabras se han quedado sin eco.

La dama y yo pasamos el resto de la noche hablando de ti amiga, me pidió que la perdones, para ella el cielo esta desteñido, sus ramas ya no te alcanzan, sus raíces no encuentran su tierra. Poco a poco se va marchitando.

He decidido comprar una novia del viento, ellas florecen en los peores tiempos, no tienen raíces, son como Leonora, como tu Claudiña, de aquí de allá, de nadie, sólo del aire.

Para mi amiga  La brasileira.

2 comentarios:

  1. Asi pasa hermana, dicen que las motivaciones tienen que salir de uno pero,hay personas que llegan a nuestras vidas y con un pequeño guiño de aprobacion nos hacen sentir que podemos todo...Animo ahora busca dentro de ti esa aprobacion que te motive a seguir escribiendo,y el dia que te encuentres tu luz siempre estara encendida
    un beso hermana, sabes que cuentas para todo conmigo Mich

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  2. Ahhhh!!! qué el viento sople fuerte desde tu casa y me llegue ese aroma a huele de noche.
    Yo las extraño a las dos, me falta un capítulo en mi vida por concluir y ustedes son personajes de esa historia.
    Un abrazo
    Aida

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