viernes, 29 de junio de 2012

En la ciudad de la furia

¿Por qué eres diferente, Moca, cuando lo único que queremos es que seas igual? ¿Por qué no puedes estudiar? ¿ Por qué no puedes conservar un empleo? ¿Por qué no hay quien te ame?, es lo que sonaba en su cabeza, preguntas hechas todos los días por su padre, preguntas que chocan entre sí, que aturden y duelen más que los golpes, las patadas y los piquetes que lo tienen tirado en el piso rodeado de tanta gente que descarga su odio en él.
La música ya no se escuchaba en sus oídos, hacia rato que los audífonos salieron huyendo al suelo, pero no eran necesarios, la canción se repetía una y otra vez en su mente, "me dejaras dormir al amanecer entre tus piernas, entre tus piernas".
Tocar el tatuaje del corazón alado, sellado en su pecho era como impregnar sus dedos del fuego y el olor de Mariana, y la pensó... lo único importante en su vida, dejo el cuerpo cada vez más insensible y voló a sus brazos, se acurruco en su mirada, aspiro el perfume de su cuello, se hundió en ella y decidió morir entre sus piernas. Porque sabía que se estaba muriendo...
Compraron dos boletos de camión con destino Durango-Monterrey aparentar ser un pasajero era sencillo, las cosas se complicaron cuando su mente estaba puesta en la señal de su compañero, y su mano ocupada dentro de la pequeña maleta de viaje, forcejeando con la llave stilson que estaba atorada entre la ropa. Un pequeño parpadeo, un desvío de la mirada para desatorar la llave de entre los trapos lo distrajo del segundo exacto en el que Fercho se levantó del asiento y una vez parado en el pasillo dio el grito esperado, Este es un asalto, y después un silencio que sólo cortó el vaivén del cuchillo en la mano de su amigo, y mientras la música seguía, " me veras volar sobre la ciudad de la furia".
Moca nervioso logra sacar la herramienta, y de un salto se encuentra al lado de Fercho, sus miradas llenas de adrenalina chocan, sacan chispas que logran ocultar el miedo que como parásito se les instala en el estomago. " donde nadie sabe de mi, y yo soy parte de todos".
Mientras tanto los pasajeros dócilmente empiezan a desprenderse de anillos, relojes, ipods, que van dejando en la gorra que Fercho les extiende con mano temblorosa.
Moca cuida a los pasajeros, empuña la llave grifa decidido a machacar la cabeza de cualquier pendejo pasado de listo, siente que su corazón se acelera, cuenta los minutos para que termine esta mierda en la que se ha metido, "nada cambiara con un aviso de curvas, en sus caras veo el temor", y no es que se arrepienta al contrario nunca le ha tenido miedo a nada, ni a nadie, la vida para el no es lo suficientemente atractiva, "ya no hay fábulas", esta llena de vacíos, vacíos que nunca le ha interesado llenar, porque no le gusta pensar, porque ha decido aceptar que no sirve para nada, y que nada es para el, "en la ciudad de la furia", porque hace mucho que dejó de intentar llenar las expectativas de sus padres, del mismo " me veras caer como ave de presa", porque la vida es una hija de la chingada, mal parida que arrastra a todo el que este en ella, " me veras caer sobre terrazas desiertas", porque esta harto de no tener dinero, porque todo es dinero, porque sin el no se es nadie, porque se siente inmensamente solo y abandonado en un mundo desechable donde te pasas buscando una felicidad que se usa y se tira.
" te desnudaré por las calles azules", sólo coger con Mariana lo hacia sentirse eterno.
"me refugiaré antes que todos despierten".
Hace rato que dos hombres sentados a un asiento de donde esta parado Moca, cuchichean, se han dado cuenta que el muchacho de los audífonos, esta distraído, no empuña una pistola, a la cuenta de tres deciden amagarlo y caerle encima.
Logran someterlo, Moca siente como el miedo se le clava en el corazón con cada latido, como su cuerpo cae hacia atrás cuando una explosión de dolor le golpea, unas manos estrellan la llave una y otra vez sobre su cabeza. "ese destino de furia es lo que en sus caras persiste".
Fercho entra en pánico se da cuenta que están linchando a su amigo, no lo alcanza a ver,   pero si escucha sus gritos desgarrados. Despavorido corre a la parte delantera del camión y le pide al chofer que le abra la puerta y de un salto desaparece en la oscuridad.
Moca ya no siente nada, sus ojos apenas unas rendijas perciben caras que gesticulan, bocas que escupen palabras, manos que martirizan una piel que va perdiendo el calor.
La punta de sus dedos toca el tatuaje del corazón alado, piensa en Mariana y decide morir, "entre sus piernas y desaparecer entre la niebla". ¿ Porqué no hay quien te ame Moca?. Un borbotón de sangre desliza el vuelo de un hombre alado que nunca pretendió extrañar la tierra. "me veras volver, me veras volver..."
Mariana jamás volvió a ver a Moca, Ella recuerda todos los días intensamente la noche de amor de donde viene el niño que espera.

A Gustavo Cerati que sigue perdido entre la niebla.


martes, 5 de junio de 2012

Sólo del aire


La dama de noche te extraña.
Ha decidido llorar en lugar de oler.

Anoche, miles de pensamientos trepaban por mi cama, estaba decidiendo si enumerarlos ó salir al jardín a tachar estrellas, cuando un tenue sollozo me llevó justo a los pies de la  que antes era tu planta. No le dio pena temblar delante de mi, ni se molestó en tratar de retener las hojas que caían desahuciadas en la maceta , que tan bien se veía en tu comedor. Lloraba hipando desconsolada, hasta que se decidió hablar con esa vocecita entre noble y mandona que solo utiliza una Queen of de night.

- No veo las grandes ventanas que como ojos del viento me reflejaban una ciudad de León desconocida para mi, ni escucho la voz de la Brasileña, me cantaba bonito un triste y melancólico bossa-nova que abría el camino para llevarla de vuelta a casa. En sus ojos bailaban lagrimas vestidas de saudades por una tierra que no veía, y que extrañaba, llorábamos juntas porque las dos habíamos sido desterradas y la luna nos obligaba a buscar otro cielo que no era el mismo que nos tocaba. Yo la sentía tan apenada que hacia brotar flores para ella, flores perfumadas de recuerdos de su país y ella cerraba los ojos y se mentía pisando calles llenas de voces portuguesas, de olores de panes de azúcar, de feijoada y brigadeiros, brindabamos con caipirinha, armábamos una gran fiesta llena de samba y verde amarelo.

Pero los ojos no mienten y los espejismos se disipan con el viento de un León sediento donde el color verde se oxida de tanto esperar una lluvia que no llega. Ella regresaba a Gran jardín y yo a la maceta en la sala.

     - Te entiendo Huele de noche, porque yo también extraño a Claudiña.
Porque mis silencios encontraron su voz.
Todavía la escucho: escribe amiga, escribe.
Yo no le hacia caso pero me gustaba el sonido de esas palabras.
Me dejaban surcos en el alma.
Estos se fueron llenando de sentimientos incontrolables.
Empezaron atestar páginas.

Y juntas reconocimos nuestras historias.
Las de ella de un país lejano.
Las mías eran cuentos donde ella existía.

Vi con sus ojos.
Ella vio con los míos.

Juntas jugabamos.
Al escritor.
Al lector.
Ahora se ha ido, y mis palabras se han quedado sin eco.

La dama y yo pasamos el resto de la noche hablando de ti amiga, me pidió que la perdones, para ella el cielo esta desteñido, sus ramas ya no te alcanzan, sus raíces no encuentran su tierra. Poco a poco se va marchitando.

He decidido comprar una novia del viento, ellas florecen en los peores tiempos, no tienen raíces, son como Leonora, como tu Claudiña, de aquí de allá, de nadie, sólo del aire.

Para mi amiga  La brasileira.