viernes, 23 de septiembre de 2011

Cosas que pasan

Nicolas
Mi abuela desde antes de nacer se llamaba Nico. Cuando mi tatarabuela Mikaela tuvo una niña, no hubo excusa para cambiar el nombre ya escogido meses atrás, no sirvieron de mucho los ruegos que Mikaela le hacia a su marido, cuando se avecinaba la fecha de el bautizo.
_ No se diga mas Mikaela, Nico se va a llamar no me importa que haya salido vieja.
Mikaela a base de penitencia y de hostigar un mes entero al padre Juan, logró que este convenciera a mi abuelo para ponerle a la niña dos nombres cristianos, uno de mujer y otro de hombre, no vaya a ser que la criatura muera y no pueda entrar al cielo por burlar a San Pedro.
Así mi abuela que nació Lola fue toda la vida Nico, Yo crecí convencida de que su nombre era Nicolasa, hasta que en su lecho de muerte me susurro al oído.
_ Yo siempre quise que me llamaran Lola.
Por eso lloré amargamente cuando en su lápida pusieron Nicolas. Al nacer mi hija, la llamé Lola y cada vez que pronuncio este nombre siento que le regreso a la abuela un pedazo de vida que al nacer su padre le robo.

Sangre entintada
Quiero que las palabras me abran las venas, para que las letras entren en mi sangre y recorran todo mi cuerpo quiero emborracharme de puro sentimiento, mirada doble, cuerpo lento, un alma meciéndose en gozo extremo, bebiéndose la vida a base de sorbos de palabras, que caen pesadas, que traspasan que tocan con sus dedos de tinta un corazón de puro papel.

Justicia divina
Si pudiera poner de cabeza al tiempo, le haría creer al pasado que nunca existió y empezaría mi vida justo en el momento que te corrí de la casa. No podía perdonartelo hace menos de una semana te lo había advertido.
_ Oyeme bien Justino si vuelves a venir tomado no te dejo entrar en la casa me oyes, ademas estas curado hiciste una promesa ante Dios y con él no se juega.
Te restregué el papelito de la manda en la cara, a ver si su olor a iglesia y santidad te hacían recapacitar.
Un mes para ti fue suficiente para mostrar una incipiente devoción y un arrepentimiento comprado por unos cuantos pesos.
Por eso cuando hoy en la madrugada te abrí la puerta y vi tu cara de aquí no pasa nada conteniendo una respiración que nadaba en alcohol. Te corrí, estuve a punto de arrepentirme cuando al caminar dos veces te caíste.
Mi enojo y tu borrachera me dieron insomnio, el llanto de un par de sirenas me crisparon el alma y me nublaron el cuerpo. Una hora después sonó el teléfono, no lo contesté yo ya estaba lista para irme por ti a la SEMEFO. Si pudiera emborrachar al tiempo, le diría que la vida no es justa Justino porque tu estas bien muerto y yo también pero de puritito arrepentimiento.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La noche

Algunas vez haz sentido que el miedo te agarra del cuello te clava los dientes para paralizarte dejándote en un estado de shock para convertirte en mero espectador de tu propio desconcierto, se nubla la vista, la razón y el corazón queda reducido a un martilleo grave acelerado que amenaza con salir corriendo, para vaciarte de cualquier signo vital. Eso me sucedió cuando te vi, llevaba días con un mal dormir que me obligaba a salir de la cama para dar paseos nocturnos, reconociendo una casa que era mía pero a la que desconocía cuando se bañaba de noche. Las cosas oscurecidas por la falta de luz cobran matices que cambian las formas y los espacios de los objetos, esto me quedaba bien claro cada vez que recorría las escaleras acompañado de sombras amenazantes, llegando a la sala que apenas reconocía como mía, con muebles extraños de dimensiones fantasmagóricas. Me gustaba intentar apoderarme del sueño en el sofá mas grande el que me dejaba acostarme y me cubría con una colcha de noche poblada de estrellas, mis ojos se confundían con ellas, volviéndome invisible. Esa noche no fue diferente a las demás, empezaba a pestañear, mi cuerpo se hundía en la placidez del inocente, el reflejo moro me salva de una caída. Y es ahí cuando te veo, vuelvo a pestañear y abro los ojos lo mas redondo posible solo para comprobar que el sueño me ha soltado de la mano, y que la realidad se ve amenazada con tu presencia. Tu todavía no te das cuenta de que te observo. Distraídamente patinas arriba de la mesa del comedor de un extremo a otro, para después saltar de cojito. Un agudo y desesperado gemido sale de mi boca delatando mi presencia que se encuentra ya sin absoluta voluntad. Y te veo, veo tu piel blanca, tus venas moradas, tu cuerpo de niña de ocho años y tu cara velada por una niebla espesa fría y alitosa que comienza a invadir todo lo que nos rodea, tiemblo invocó a Dios y a todos los santos, me confieso y me arrepiento de todos mis pecados, negocio con Dios y le suplico que al abrir los ojos esto no sea mas que un mal sueño. Lentamente te vas acercando a mi y yo mas pero mas lentamente me voy haciendo un ovillo, cierro los ojos y cuando los abro tu mirada y la mía están a la misma altura me pierdo en el pozo de tus cuencas recorro tus sombras, la soledad y el aburrimiento que da el estar muerto. De pronto los colores cambian se hace la luz y extrañamente me veo junto a ti, soy observador y estoy en lo que observo, nos comunicamos sin palabras, Adelita te llamas.
_Yo no quiero morirme nunca, porque quiero jugar siempre_ me dices sin palabras, y te ríes, y ríes con esa risa histérica, infantil, que acaba por seducirme, _Verdad que esta es mi casa?_ Que puedo contestar, me aterra que vivas en el engaño de existir en un mundo que ya te ha olvidado, porque los tuyos Adelita ya no están aquí y no hay peor vida que la que no es reconocida. Y es en ese momento cuando reconozco que ya nada de este mundo me pertenece y que el ciego he sido yo, he vivido a contra luz aferrandome a una casa que ya no es mía, a un cuerpo que ya pertenece a la tierra y a un nombre que hace mucho tiempo se dejó de pronunciar.

martes, 20 de septiembre de 2011

19 de Septiembre del 85

Todo es puro movimiento, giro en mi universo, ruidos extraños parecen quejidos pero no son humanos son las paredes que se lamentan, se les parte el alma, lloran lagrimas de cascajo, que se ciernen en toneladas de polvo que empanizan bañando todo de fino talco blanco, que no me deja respirar, que entra por mi nariz, lucho por un poco de aire que al llegar a mis pulmones los llena de fuerza y estallo en un llanto agudo, lastimoso, que se pierde y se confunden con un río de lozas, vigas, trabes, que desembocan en un suelo abierto para llegar al corazón de una tierra viva, que esta cansada de tanta pereza y hoy se quiere sacudir. Llega la calma y con ella un frío intenso, una manta oscura que me devora, me inquieta, me siento solo, miles de lamentos y llantos me tocan con sus dedos. Me duele la piel, me duele el cuerpo, mis ojos y mi boca ya son puro desierto, empiezo a reconocer como mía esta cuna de cemento. La vigilia mata al sueño y el sueño es quien me mantiene en este vientre, seco. Oigo voces lejanas, el cielo me trastoca con sus rayos de luz.
_ Aquí, es un bebé, un recién nacido un milagro!!, se oyen aplausos. En vilo sacan mi cuerpo del cementerio de piedra que durante una semana fue mi hogar.

domingo, 11 de septiembre de 2011

9/11

Cuando sus ojos y los míos se hundieron en el mismo abismo de miedo y odio recordé que me hubiera gustado probar el olor que deja un cuerpo de mujer que se ama, y tus ojos alzaron al mismo tiempo que los míos, en otro idioma, con otro credo, las mismas plegarias para un Dios distinto que de niños aprendimos amar. Yo Saeed Alghamdi y tu una desconocida, nos abrazamos el alma un segundo antes de volar en mil pedazos, y en esa milésima fracción el mundo nos pareció mas dulce, y nos destrozó la añoranza de no pertenecer mas a el, y te consuelo y me consuelo y te pido perdón y acepto el castigo.
_ Alá tu voluntad es mi destino.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Vivi es atea

Vivi sueña con un mundo feliz, donde sus piernas largas corran sin parar, donde sus palabras caminen fluidas y su voz suene como la de las películas. La casa llena de amigas divertidas, cantando las canciones de moda, bailando sin parar. Un rostro hermoso, con ojos soñadores, adolescente que juega a ser mujer.
_ Abrázame Mamá, y te cuento lo húmedo de ese primer beso y lo caliente que queda el cuerpo después de tanto besar.
Vivi sueña con mirarse al espejo y que este le devuelva otra imagen, no la de una cara plana, con ojos oblicuos hacia arriba, llenos de pliegues, una nariz pequeña lisa, una boca de risa fácil y babosa con una lengua siempre oscilante, un cuerpo tocado por un síndrome llamado Dawn. Y es esa imagen la que obliga a que Vivi deje de soñar y reconozca que en este su mundo Dios pasó de largo y ni siquiera la alcanzó a mirar.

Espiridiona Cenda (chiquita)

Chiquita, cuando era pequeña vivía en un mundo hecho para ella, a su medida siempre fue una niña linda. Chiquita es lo que la gente mira, un ser adorable lleno de gracia, que pasa por la vida con pasos suaves y pequeños, con 66 cm. de estatura no se puede inspirar mas que ternura y protección. Pero su mundo interno es otra cosa, es una mujer encerrada en un cuerpo de niña, Una mujer que lucha por una independencia que nunca será completa. Una mujer que quiere ser amada de manera pasional. Quiere dejar de ser vista como un fenómeno de circo, quiere ser una verdadera artista, triunfar y ser tomada en serio. Pero la vida es cruel, no se ajusta a la gente pequeña, todo le sale sobrando, ella siempre cargará un saco grande y pesado. Ante Dios chiquita es una luz enorme, no existe el tamaño, pero ella esta ocupada en reclamar que ya no quiere este cuerpo infantil, que la fiesta ya a acabado, y quiere regresar el disfraz con el que Dios la invitó a celebrar su cumpleaños.